¿Sabías que el 60% de las empresas en Latinoamérica reportan dificultades para controlar sus gastos operativos mensuales? De acuerdo con un estudio de SAP Concur, la falta de herramientas digitales adecuadas es una de las principales causas. En Centroamérica, donde muchas empresas están en proceso de transición hacia la digitalización, este problema es especialmente crítico.
Las tarjetas corporativas inteligentes se están convirtiendo en una solución clave para aquellas organizaciones que buscan eficiencia, control y transparencia sin perder flexibilidad. En este artículo exploramos por qué su implementación puede marcar la diferencia en la salud financiera de tu empresa.
Durante muchos años, el manejo de efectivo y las transferencias informales fueron la norma en muchas empresas de la región. Sin embargo, los tiempos han cambiado. Hoy, los negocios que buscan escalar o mantenerse competitivos deben digitalizar sus procesos financieros, no solo por eficiencia, sino también por seguridad y trazabilidad.
Según el informe "Latin America Payments Landscape" de Americas Market Intelligence, la adopción de Medios de Pago digitales en el sector empresarial creció un 48% entre 2020 y 2023, y se espera que continúe en aumento. Las tarjetas corporativas permiten precisamente eso: reemplazar procesos dispersos y manuales con soluciones centralizadas, controladas y auditables.
Pero no todas las tarjetas empresariales son iguales. La tendencia apunta hacia soluciones integrales que ofrezcan:
Más allá de la conveniencia del plástico, el verdadero beneficio de una tarjeta corporativa inteligente está en la posibilidad de establecer reglas claras de uso y tener visibilidad total en tiempo real. Esto permite a las empresas centroamericanas:
Un estudio de la consultora Deloitte revela que las empresas que implementan soluciones de automatización financiera reducen hasta en un 65% el tiempo invertido en conciliaciones y revisiones de gasto. Especialmente en organizaciones con varias áreas, equipos en campo o sucursales, este nivel de control representa una ventaja operativa significativa.
Adoptar tarjetas corporativas inteligentes no es una decisión menor. Es una apuesta por la eficiencia, la transparencia y el crecimiento sostenido. En Centroamérica, donde muchas PYMEs están dando el salto a procesos más estructurados, esta herramienta se vuelve una aliada clave.
Controlar no es limitar, es liberar a la empresa de la incertidumbre financiera para enfocarse en lo que realmente importa: hacer crecer el negocio con confianza.
Las tarjetas corporativas no solo facilitan la gestión de gastos cotidianos, sino que también permiten a las empresas visualizar patrones, anticiparse a desviaciones presupuestarias y tomar decisiones informadas sobre el uso de sus recursos.
En sectores como el de logística, o el de servicios, donde el flujo de pagos operativos puede ser alto y disperso— contar con una solución centralizada es clave para mantener la eficiencia sin perder trazabilidad. Las plataformas modernas no solo proveen tarjetas, sino inteligencia de negocio.
Adicionalmente, en contextos de crecimiento, expansión o auditorías frecuentes, tener visibilidad detallada de los gastos por departamento, usuario o categoría se vuelve una ventaja competitiva. Es ahí donde entra el verdadero valor de la digitalización financiera.
Una solución como VersaPROFIT no solo ofrece una tarjeta de crédito corporativa, sino una plataforma completa de autogestión. Aunque no pretendemos enfocarnos en la venta directa, vale la pena mencionar el valor agregado que representa:
Según PwC, la automatización en procesos financieros puede mejorar la eficiencia en un rango de entre 30 % y 40 % en tareas transaccionales repetitivas, como parte del enfoque hacia plataformas integradas de gestión.
Este tipo de tecnología permite a las empresas centroamericanas reducir la carga operativa del área financiera, facilitar auditorías internas y responder con mayor agilidad a los retos del día a día.
Si estás evaluando implementar una solución que combine control, flexibilidad y automatización financiera, plataformas como VersaPROFIT pueden representar un aliado estratégico. Al integrar la tarjeta corporativa con un sistema de autogestión completo, las empresas pueden enfocarse en crecer mientras optimizan sus recursos.