Las tarjetas de crédito siguen siendo el producto financiero preferido y más utilizado por la población mexicana. Debido al aumento en los precios de los productos de consumo básico, como comida, ropa o educación, los mexicanos han tenido que hacer uso de las tarjetas de crédito para poder solventar estos gastos. El incremento en el uso de este producto en septiembre del 2022 fue de un 22.9%, de acuerdo con la CONDUSEF.
El gasto hecho con tarjetas de crédito en el 2022 tuvo un crecimiento de 57% comparado con el mismo periodo de enero a septiembre de 2021. El promedio del gasto para una tarjeta por compra fue de $907.5 para tarjetas crédito y de $498.6 pesos para las tarjetas débito.
En el estudio del Panorama Anual de Inclusión Financiera 2022, de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, el aumento en los créditos en tarjetas 2020 al 2021 fue de 3%, pasando de 27 a 28 millones de créditos otorgados. Otros tipos, como el de nómina, el grupal, el hipotecario, también presentaron aumento, con un promedio del 10%. La industria automotriz tuvo una caída que apenas empieza a recuperarse en el 2023.
Jugadores clave para que se haya dado esta situación en el país son las nuevas tarjetas de crédito marca propia, otorgadas por empresas Fintech o especializadas y que ofrecen el mismo producto, con muchos beneficios sin tener que recurrir a las instituciones tradicionales. Estas son también conocidas como no bancarias, cuentan con tecnología de punta, apoyan a la inclusión financiera, ofreciendo una excelente opción para aquellos usuarios interesados en contratar una tarjeta de crédito y que, por cuestiones de edad, ingresos o por falta de experiencia crediticia, no podían obtener en el pasado.
Como cualquier otra tarjeta tramitada en una institución tradicional, este producto financiero tiene el mismo peso y la misma validez que una bancaria, y se reporta en el Buró de Crédito, en la sección de Créditos No Bancarios, sumando a la calificación e historial financiero del usuario.
Las empresas especializadas, al tener relaciones con las cámaras de compensación y con las marcas como VISA o MasterCard, cuentan con todas las autorizaciones, licencias, permisos requeridos por la ley y cumplen con todas las regulaciones de las instituciones financieras.
Entre los beneficios que obtienen las empresas que ofrecen tarjetas de crédito propias, se pueden mencionar, la fidelización de sus clientes, enfocándose en que estos aprovechen las múltiples ventajas asociadas y acuerdos comerciales con otras compañías; y el incremento en la cartera, pensando en ampliar el objetivo y mejorando la calidad de vida de los tarjetahabientes y de sus familias. Adicionalmente, pueden realizar un acercamiento constante al cliente, con un lenguaje mucho más sencillo, amigable y de fácil comprensión para todos sus usuarios, que la banca tradicional.
Las tarjetas de crédito no bancarias son y serán, por lo menos hasta el 2025/2026, el mejor medio de pago para consumos de bajo monto en México y Latinoamérica, por lo que considerar una estrategia para otorgar tarjetas de crédito propias, hoy en día coloca a las empresas en una posición de ventaja ante la competencia.