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La tecnología antifraude como factor clave al elegir un emisor de tarjetas

Escrito por Versatec | abr 22, 2025

En la era de la digitalización financiera, las tarjetas de crédito y débito han dejado de ser simples mecanismos transacciónales para convertirse en extensiones de nuestra identidad financiera. Estos instrumentos se han convertido en herramientas indispensables tanto para empresas emisoras como para aquellas que las utilizan como Medios de Pago. Sin embargo, este crecimiento en su uso también ha incrementado los riesgos asociados al fraude, un problema que no solo afecta a los consumidores finales, sino también a las empresas que emiten y gestionan estas tarjetas. Para las empresas, el fraude no solo representa pérdidas económicas directas, sino también daños a la reputación, sanciones regulatorias y una disminución en la confianza de sus clientes.

A pesar de estos riesgos, muchas empresas no priorizan las tecnologías antifraude al emitir o utilizar tarjetas, enfocándose en aspectos como costos operativos, comisiones o programas de fidelización. A continuación exploramos por qué las tecnologías antifraude deben ser un factor clave en la estrategia de cualquier empresa que emita o utilice tarjetas, y ofrece una guía práctica para integrar estas soluciones de manera efectiva.

Protección inteligente para emisores y usuarios de tarjetas

El fraude con tarjetas es una amenaza constante y en evolución. Según datos de Nilson Report, las pérdidas globales por fraude con tarjetas superaron los $28.65 mil millones en 2020, y se espera que esta cifra siga aumentando. Para las empresas emisoras, esto no solo implica reembolsos y costos asociados a transacciones fraudulentas, sino también la necesidad de invertir en sistemas de prevención y respuesta. Por otro lado, las empresas que utilizan tarjetas como Medio de Pago también enfrentan riesgos, como el procesamiento de transacciones fraudulentas o la filtración de datos sensibles.

Las tecnologías antifraude no solo mitigan estos riesgos, sino que también ofrecen ventajas competitivas. Una empresa que demuestra un compromiso sólido con la seguridad puede fortalecer la confianza de sus clientes, reducir costos a largo plazo y cumplir con regulaciones financieras cada vez más estrictas.

Tecnologías antifraude más comunes y su aplicación empresarial

Tokenización: Esta tecnología reemplaza los datos sensibles de la tarjeta, como el número de cuenta, con un token único que carece de valor fuera de la transacción específica. Para las empresas emisoras, la tokenización reduce el riesgo de que los datos de las tarjetas sean robados durante las transacciones. Para las empresas usuarias, minimiza la exposición de datos sensibles en sus sistemas.

Códigos CVV Dinámicos: A diferencia del código CVV estático, los códigos dinámicos cambian periódicamente, lo que dificulta su uso en transacciones fraudulentas. Esta tecnología es especialmente útil para empresas que emiten tarjetas virtuales o para comercios que procesan pagos en línea.

Biometría: La autenticación biométrica, como la huella dactilar o el reconocimiento facial, añade una capa adicional de seguridad al requerir una verificación física del titular de la tarjeta. Las empresas emisoras pueden integrar esta tecnología en sus aplicaciones móviles o dispositivos físicos, mientras que las empresas usuarias pueden utilizarla para autenticar transacciones de alto valor.

Machine learning e Inteligencia Artificial: Estas tecnologías analizan patrones de comportamiento y detectan anomalías en tiempo real. Para las empresas emisoras, esto permite bloquear transacciones sospechosas antes de que se completen. Para las empresas usuarias, ayuda a identificar actividades fraudulentas en sus sistemas de pago.

Geolocalización: Al vincular la ubicación del titular de la tarjeta con la ubicación de la transacción, esta herramienta bloquea operaciones que se realizan en lugares inusuales o sospechosos. Es especialmente útil para empresas con operaciones internacionales o que gestionan tarjetas corporativas.

Certificación PCI DSS: El estándar PCI DSS (Payment Card Industry Data Security Standard) es un conjunto de requisitos de seguridad diseñados para garantizar que todas las empresas que procesan almacenan o transmiten datos de tarjetas mantengan un entorno seguro. Para las empresas emisoras y usuarias, obtener esta certificación no solo es una buena práctica, sino también un requisito en muchos casos para operar en el mercado global. Incluye medidas como la encriptación de datos, la implementación de firewalls y la realización de pruebas de seguridad regulares.

Tecnologías antifraude como prioridad

A pesar de su importancia, muchas empresas no consideran las tecnologías antifraude como un elemento estratégico. Esto se debe a varios factores:

Falta de conocimiento técnico: Algunas empresas no están familiarizadas con las tecnologías disponibles o no comprenden su impacto en la seguridad y la rentabilidad.

Enfoque en costos a corto plazo: Implementar tecnologías antifraude puede requerir una inversión inicial significativa, lo que disuade a algunas empresas. Sin embargo, el costo de no hacerlo puede ser mucho mayor a largo plazo.

Suposición de que la seguridad es responsabilidad del emisor: Las empresas usuarias a menudo asumen que la seguridad es responsabilidad exclusiva del emisor de la tarjeta, lo cual es un error. La protección de los datos y las transacciones es una responsabilidad compartida.

Claves para identificar un emisor confiable

Elegir un emisor de tarjetas que priorice la seguridad requiere un análisis detallado, especialmente si se trata de empresas proveedoras de servicios de Medios de Pago que ofrecen emisión y procesamiento integral de tarjetas. Aquí te presentamos una guía paso a paso para tomar una decisión informada:

  1. Investiga las tecnologías implementadas: No te límites a leer la letra pequeña. Investiga qué tecnologías antifraude utiliza el emisor. Algunas empresas destacan estas herramientas en sus sitios web, mientras que otras pueden requerir una consulta directa con su servicio al cliente. Además, verifica si el emisor cuenta con la certificación PCI DSS, lo cual es un indicador clave de su compromiso con la seguridad.
  2. Evalúa la integración con proveedores de servicios de pagos: Muchas empresas no gestionan directamente la emisión y procesamiento de tarjetas, sino que dependen de proveedores especializados. Investiga quiénes son estos proveedores y qué reputación tienen en el mercado. Empresas como VISA y MasterCard, suelen ofrecer tecnologías antifraude avanzadas y cumplir con los más rigurosos estándares en la materia, pero es importante verificar cómo se implementan en cada caso.
  3. Revisa los protocolos de respuesta ante fraude: Un buen emisor no solo previene el fraude, sino que también cuenta con protocolos claros para responder ante incidentes. Pregunta sobre su política de reembolsos, tiempos de resolución y canales de atención en caso de transacciones fraudulentas.
  4. Analiza la transparencia y comunicación: Un emisor confiable debe ser transparente sobre sus medidas de seguridad y mantenerte informado sobre cualquier actividad sospechosa en tu cuenta. Busca opciones que ofrezcan notificaciones en tiempo real y alertas personalizables. La certificación internacional exige una comunicación clara y oportuna con los usuarios en caso de incidentes.
  5. Considera la experiencia del usuario: La seguridad no debe ser sinónimo de complicación. Evalúa cómo las tecnologías antifraude impactan en la experiencia del usuario. Por ejemplo, ¿la autenticación biométrica es rápida y sencilla?, ¿las notificaciones son claras y útiles? Un buen equilibrio entre seguridad y usabilidad es clave, y el cumplimiento de las buenas prácticas asegura que este equilibrio se mantenga.
  6. Lee reseñas y opiniones de otros usuarios: Las experiencias de otros consumidores pueden ser una fuente valiosa de información. Busca reseñas en foros especializados, redes sociales o plataformas como Trustpilot para conocer cómo han manejado situaciones de fraude.
  7. Consulta con expertos en seguridad financiera: Si tienes dudas, consulta con un asesor técnico financiero o experto en seguridad. Ellos pueden ofrecer recomendaciones basadas en tu perfil de riesgo y necesidades específicas, y ayudarte a entender la importancia de estándares como PCI DSS.

Para las empresas que emiten o utilizan tarjetas, las tecnologías antifraude no son un lujo, sino una necesidad. En un mundo donde el fraude financiero es una amenaza constante, priorizar la seguridad no solo protege los activos de la empresa, sino que también fortalece la confianza de los clientes y cumple con las regulaciones financieras. Al integrar soluciones de seguridad avanzada y cumplir con estándares como PCI DSS, las empresas pueden posicionarse como alternativas confiables y ofrecer un diferenciador competitivo en el mercado.